sábado, setembro 21, 2024

eva tur


EPIFANÍA
 
Me pides si tal vez yo te podría
poner una lavadora
en un gesto de intimidad destripada
que percibo desnudo y cuesta abajo
ciertamente un
desangrarse absoluto.
 
Aunque sea sólo ropa de trabajo también tiene
las máculas de yema de huevo de la jaula. Tiene
la huella de la carne, relámpagos de gloria.
Está manchada
de cuando fui el boquete
por donde
se escurría la esperanza,
la guarida donde se curaban las angustias,
el consuelo de las santas que habitaban
el país de los lactantes,
la cocina de butano,
las noches de cucharadas
de aspirinas infantiles y jarabes.
 
Me pides,
así, sin inmutarte,
que lave tus calzoncillos,
las chispas de piedad,
las galaxias de rencor bordada en los manteles,
los celos, las migas de tristeza
en los bolsillos que tendré que vaciar
antes de elegir bien
qué programa es adecuado,
si el de prendas delicadas
o el de catorce minutos.
Es decir:
el tiempo en que cuaja una nevada,
el tiempo de guarecerse de las babosas,
el tiempo de la siesta
de todas las idiotas
que no saben quererse y
se esconden en su concha y vacían los bolsillos
de la ropa del amante para después hacerle
la colada.
 

 
 
 
EPIFANIA
 
Pedes-me se eu talvez posso
por-te numa máquina de lavar
num gesto de intimidade eviscerada
que sinto nu e costa abaixo
certamente um
sangrar ãté à morte.
 
Mesmo que seja apenas roupa de trabalho também tem
as máculas de gema de ovo da gaiola. Tem
a marca da carne, relâmpagos de glória.
está manchada
de quando fui a mamada
por onde
escorria a esperança, e
o covil onde se curavam as angústias ,
o consolo das santas que habitavam
o país dos lactantes,
a cozinha de butano,
as noites de colheradas
de aspirinas infantis e xaropes.
 
Pedes-me,
assim, sem te alterares,
que lave as tuas cuecas,
as chispas de piedade,
as galáxias de rancor bordado em toalhas,
os ciúmes, as migalhas da tristeza
nos bolsos que terei que esvaziar
antes de escolher bem
qual o programa adequado,
se o de roupas delicadas
ou o de 14 minutos.
Quer dizer:
o tempo em que coalha uma nevasca cai,
o tempo de escapar das lesmas,
o tempo da sesta
de todas as idiotas
Que não sabem gostar de si e
se escondem na sua concha e esvaziam os bolsos
da roupa do amante para depois lhe fazer
a barrela.