Hijos
El bebé a quien le cambiaba los pañales
cuando yo era apenas una niña de diez años
hoy asistió el parto de una vaca.
Sus manos tiraron de las patas y el cuello del ternero
y registraron el alumbramiento en una tabla de Excel.
Recuerdo la piel del veterinario,
fina, llena de venas diminutas
que formaban nubes de sangre rosadas
sobre mi cama convertida en cuna.
La puérpera yacía en el sofá,
una mano en la frente,
la otra desgajándose hacia el suelo.
Recuerdo el olor de sus manos
cuando me entalcaban el cuerpo
y me rociaban con agua de violetas
mientras, en la cocina,
mi madre hervía mis pañales.
Filhos
O bebé a quem mudava as fraldas
quando eu era apenas uma menina de dez anos
assistiu hoje ao parto de uma vaca.
As suas mãos puxaram as patas e o pescoço do bezerro
e registaram o parto numa tabela do Excel.
Lembro-me da pele do veterinário,
fina, cheia de veias minúsculas
que formavam nuvens de sangue rosa
sobre a minha cama transformada em berço.
A puérpera jazia no sofá,
uma mão na testa,
a outra desgalhada para o chão.
Lembro-me do cheiro das suas mãos
quando me punham talco no corpo
e me aspergiam com água de violetas
enquanto, na cozinha,
a minha mãe fervia minhas fraldas.