irene de la fábrica

 La caída
 
Ah… dejad que muera,
jamás aprendí nada.
Hice de mi vida una erupción
y de sus voces una sombra.
Sigo por el hilo
fino de la histeria
de mi ser, mi propio ser
que se revuelve indómito:
como el mar lleno de vida
y tan
seco.
El mar también se cae.
La luna tiene la culpa:
tengo marcas como flores
por el cuerpo ¡qué es amor!
Todavía creo en Dios. Yo.
Y en la desdicha
y en hacer mío este imperio
de cuerpos llenos de
penes erectos
y agujeros, que los hice
con mis dientes, yo.
Que el recuerdo es un
templo
donde he dejado tu cadáver y lo he lavado con mi lengua, yo;
que nunca supe abandonar, tengo que cambiar
mi religión.
 
 
A queda
 
Ah... deixem que morra,
nunca aprendi nada.
Fiz da minha vida uma erupção
e das suas vozes uma sombra.
Sigo pelo fio
fino da histeria
do meu ser, do meu próprio ser
que se revolve indómito:
como o mar cheio de vida
e tão
seco.
O mar também cai.
A culpa é da lua:
tenho marcas como flores
pelo corpo. o que é amor!
Ainda acredito em Deus. Eu.
E na infelicidade
e em tornar meu este império
de corpos cheios de
pénis eretos
e buracos, que os fiz
com os meus dentes, eu.
Que a memória é um
templo
onde deixei o teu cadáver e o lavei com a minha língua, eu;
que nunca soube abandonar, tenho que mudar
a minha religião.