Asomarse al declinar de las acacias
es su forma de durar.
La mano que sostiene el visillo
levantó varias vidas
aunque apenas recuerde
la risa en el teclado
ni el ángel rubio que pasaba las hojas.
Sonríe
y la música ilumina la calle
donde vivos y muertos la saludan.
No está sola.
Las agujas de piedra
defienden su caudal
y los múltiples paisajes
que se adivinan en sus ojos.
Estar no declínio das acácias
é a sua forma de durar.
A mão que segura a cortina
levantou várias vidas
embora nal se lembre
do riso no teclado
nem do anjo loiro que virava as folhas.
Sorri
e a música ilumina a rua
onde vivos e mortos a saúdam.
Não está sozinha.
As agulhas de pedra
defendem o seu caudal
e as múltiplas paisagens
que se adivinham nos seus olhos.
es su forma de durar.
La mano que sostiene el visillo
levantó varias vidas
aunque apenas recuerde
la risa en el teclado
ni el ángel rubio que pasaba las hojas.
Sonríe
y la música ilumina la calle
donde vivos y muertos la saludan.
No está sola.
Las agujas de piedra
defienden su caudal
y los múltiples paisajes
que se adivinan en sus ojos.
Estar no declínio das acácias
é a sua forma de durar.
A mão que segura a cortina
levantou várias vidas
embora nal se lembre
do riso no teclado
nem do anjo loiro que virava as folhas.
Sorri
e a música ilumina a rua
onde vivos e mortos a saúdam.
Não está sozinha.
As agulhas de pedra
defendem o seu caudal
e as múltiplas paisagens
que se adivinham nos seus olhos.