Ella
Ella es la misma desde hace tantos años
hay personas que no envejecen.
Pienso en todas las noches que la ví
yo era niña, después adolescente.
Ella siempre fué una mujer de cuarenta años
prostituta y madre de ocho hijos.
Ahora sirve el desayuno en la escuela.
Hace poco casi muere de una enfermedad
pero se salvó.
Está de vuelta por las calles de noche,
camina desde su casa a la farmacia o al chino.
Camina demasiado en todas las horas del día.
Camina por mis dudas,
por las escaleras oxidadas de los cuartos alquilados.
Hace cáscaras de manzanas que me rodean el cuello y después se llenan de insectos.
La veo como una diosa
o un reloj demoledor del tiempo.
A veces me cansa los pies.
Ela
Ela é a mesma há tantos anos
há pessoas que não envelhecem.
Penso em todas as noites em que a vi
era eu criança, depois adolescente.
Ela sempre foi uma mulher de quarenta anos
prostituta e mãe de oito filhos.
Agora serve o pequeno-almoço na escola.
Há pouco tempo quase morreu de uma doença
mas salvou-se.
Está de volta às ruas à noite,
vai de casa para a farmácia ou para o chinês.
Anda muito a cada hora do dia.
Vai pelas minhas dúvidas,
pelas escadas enferrujadas dos quartos alugados.
Faz cascas de maçã que me rodeiam o pescoço e depois se enchem de insetos.
Vejo-a como uma deusa
Ou um relógio demolidor do tempo.
Às vezes, os pés cansam-me.
Ella es la misma desde hace tantos años
hay personas que no envejecen.
Pienso en todas las noches que la ví
yo era niña, después adolescente.
Ella siempre fué una mujer de cuarenta años
prostituta y madre de ocho hijos.
Ahora sirve el desayuno en la escuela.
Hace poco casi muere de una enfermedad
pero se salvó.
Está de vuelta por las calles de noche,
camina desde su casa a la farmacia o al chino.
Camina demasiado en todas las horas del día.
Camina por mis dudas,
por las escaleras oxidadas de los cuartos alquilados.
Hace cáscaras de manzanas que me rodean el cuello y después se llenan de insectos.
La veo como una diosa
o un reloj demoledor del tiempo.
A veces me cansa los pies.
Ela
Ela é a mesma há tantos anos
há pessoas que não envelhecem.
Penso em todas as noites em que a vi
era eu criança, depois adolescente.
Ela sempre foi uma mulher de quarenta anos
prostituta e mãe de oito filhos.
Agora serve o pequeno-almoço na escola.
Há pouco tempo quase morreu de uma doença
mas salvou-se.
Está de volta às ruas à noite,
vai de casa para a farmácia ou para o chinês.
Anda muito a cada hora do dia.
Vai pelas minhas dúvidas,
pelas escadas enferrujadas dos quartos alugados.
Faz cascas de maçã que me rodeiam o pescoço e depois se enchem de insetos.
Vejo-a como uma deusa
Ou um relógio demolidor do tempo.
Às vezes, os pés cansam-me.