quinta-feira, agosto 08, 2024

irene artigas albarelli


Derivas de oír

Qué cosas salen de su silencio y se guardan:
la visión del musgo,
la luz que gravita,
un reborde a escala.
 
Cuánta abundancia de cosas pequeñísimas:
lo que cava el agua,
el rumor de orugas,
el aire en la sien.
 
Indiferentes a la sombra, germinan siempre en el barullo,
el trozo de vidrio,
la respiración
que lo fecunda,
 
la voz efímera e irremplazable, replicada en eco.
En cada intersticio,
una corrección
a la eternidad.
 
Crisálidas en las grietas del asfalto.
 
 

 
 
Derivas de ouvir

Que coisas saem do seu silêncio e se guardam:
a visão do musgo,
a luz que gravita,
um flange à escala.
 
Quanta abundância de coisas pequeníssimas:
o que cava a água,
o rumor de lagartas,
o ar nas têmporas.
 
Indiferentes à sombra, germinam sempre no barulho,
o pedaço de vidro,
a respiração
que o fecunda,
 
a voz efémera e insubstituível, replicada em eco.
Em cada interstício,
uma correção
à eternidade.
 
Crisálidas nas fendas do asfalto.